Estrategia de educación para la transformación social

1. Contexto actual

La transformación social en un mundo en cambio

Que el mundo cambia y que lo hace a una velocidad de vértigo nadie lo pone en duda. En realidad, una de las características más evidentes del momento en que vivimos es su aceleración. Pero la pregunta pertinente a hacerse no es si cambia o no, sino en qué dirección lo hace y a qué horizonte apunta. Y la más importante de todas: ¿Cuál debe ser nuestro papel como ciudadanos de este mundo para que este horizonte sea un horizonte de vida plena y de justicia?

Panorámica global

Un repaso rápido a las heridas abiertas hoy en nuestro mundo nos deja una sensación claramente agridulce. Se han producido grandes avances en la lucha contra la pobreza y disponemos de los medios a nuestro alcance para acabar con el hambre o con las enfermedades, pero en el mundo hay todavía demasiado sufrimiento. Cada día, 13.800 niños y niñas menores de 5 años mueren por causas que podemos evitar. Casi la mitad de estas muertes infantiles están relacionadas con la desnutrición. La guerra en Ucrania y la Guerra entre Israel y Gaza añaden aún más complejidades y están incrementando las desigualdades, evidenciando las brechas existentes en el acceso a derechos básicos como la salud, la vivienda o la educación, donde muchas personas huyen de la guerra y del horror buscando un refugio que no encuentran. La revolución digital ha acortado tanto las distancias que ha hecho el mundo más pequeño. Vivimos en un mundo común donde lo que yo hago tiene una gran repercusión en la vida de miles de personas. Somos, en definitiva, más interdependientes. Sin embargo, el bienestar en el que aquí vivimos no es universalizable y nos obliga a repensar el progreso y poner en su sitio nuestras prioridades.

Nuevas fronteras de la justicia social

Si en el siglo XX cuando hablábamos de justicia social apelábamos sobre todo a cuestiones socioeconómicas, en el fin de siglo empezamos a incorporar nuevos elementos a este debate vinculados a aspectos que, hasta entonces, en los discursos más oficiales, no se habían tenido en cuenta.

  • La preocupación por el ecosistema: el cambio climático y la crisis ecológica nos hablan de la necesidad de repensar nuestro modelo de
    civilización, pues nuestra manera de vivir y consumir no es sostenible. Los efectos de la degradación ambiental y la emergencia climática, producto del actual sistema de consumo, están afectando a las regiones del mundo más empobrecidas, provocando la movilidad de sus poblaciones en busca de mejores condiciones de vida.
  • La cuestión de género: reconocer que hemos vivido y vivimos de espaldas y pisando los derechos de la mitad de la población mundial. La crisis actual ha hecho visible los problemas de conciliación donde las mujeres son las más afectadas frente a un sistema que no garantiza la igualdad de derechos.
  • La preocupación ya no sólo por el desarrollo y la pobreza, sino por el aumento de la desigualdad y la consecuente falta de oportunidades que genera.
  • La cuestión democrática y de representatividad: escuchar y tener en cuenta la voz de las minorías y respetar el derecho a la diferencia ya bien sea por raza, origen, religión, etnia, lengua, situación migratoria, clase social, identidad sexual, edad, etc.… En cada una de estas nuevas encrucijadas nos jugamos, como proclama, un futuro de emancipación y de liberación personal y colectiva, o un futuro de regulación y control que nos lleve a hacer realidad alguna de las distopías que pueblan nuestras pesadillas.

La transformación y la incidencia hoy

A pesar de la esperanza que generan nuevas realidades alternativas que van germinando, o de vivir un momento de repolitización prácticamente global, nos sentimos todavía huérfanos de un relato global alternativo. Para avanzar en clave liberadora y emancipadora hace falta repensar cómo trabajar la transformación social y la incidencia hoy.

Algunas ideas al respecto serían:

  • Necesitamos más participación e implicación social. Pero necesitamos que ésta vaya a la raíz de los problemas y sea realmente transformadora, y no que quede en buena voluntad y declaraciones de intenciones.
  • Necesitamos constancia y compromiso. Los cambios siempre son a largo plazo. Las victorias no vendrán el segundo día y los espacios transformadores son muy desgastadores: desde el relevo generacional en una asociación de vecinos a sostener un encierro de personas migrantes, o hasta el intento de modificación de una ley que
    nos parece injusta. Todas estas situaciones demandan de un grado de compromiso que hay que ejercer.
  • Necesitamos una nueva sensibilidad que desplace los intereses puramente personales a un horizonte colectivo. Esto es imprescindible para huir de los egos y los personalismos, pero sobre todo para entender que nosotros no somos los únicos protagonistas de nuestra vida y que los cambios reales vendrán del empoderamiento de colectivos amplios y no de carreras personales fulgurantes en el mundo activista.

Pero no sólo se trata de adquirir herramientas instrumentales que nos ayuden a trabajar por un mundo mejor, sino también de poner las bases y los fundamentos para entender de qué hablamos cuando hablamos de una buena calidad de vida y de educar en una sensibilidad que nos ayude a apostar por ella como fundamento de todas nuestras opciones. Para transformar esta realidad será necesario influir en la reconstrucción de las estructuras estatales y de los valores de la sociedad. La articulación y los vínculos entre Organizaciones de Sociedad Civil sirve para convertirlas en agentes de cambio. Sus iniciativas de transformación promueven la movilización global para el cambio hacia la justicia social, la equidad de género y la justicia ambiental. Las sociedades deben presionar a sus instituciones y sus gobernantes para que pongan en marcha estos cambios. Para ello, la sociedad civil debe conocer la situación de desigualdad que caracteriza a nuestro mundo y desarrollar una conciencia crítica que promueva la participación activa en el camino de la transformación.

2. Los objetivos de Via Oberta en la Estrategia Para la Transformacion Social (EPTS)

Los objetivos de la EPTS para Vía Oberta son:

  • Luchar contra la pobreza en todas sus manifestaciones, con el fin de reducir las desigualdades, promover la justicia global, avanzar hacia la realización efectiva de los derechos humanos, la promoción de un nuevo modelo de vida y bienestar dentro de los limites sostenibles del planeta y contribuir al desarrollo de una ciudadanía global, activa, transformadora, crítica, comprometida con los Derechos Humanos.
  • Seguir como guía los retos de la Agenda 2030, para el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y 169 metas, que son de
    aplicación universal teniendo en cuenta
    las diferentes realidades de las poblaciones donde se establecen los objetivos de desarrollo sostenible para la consecución del plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia.
  • Incorporar el foco local-global y político-pedagógico, la diversidad de sujetos y agentes y el trabajo articulado en red con los movimientos sociales y culturales para que se integren como nuevos actores relevantes, así como la incorporación de nuevas formas de trabajo y metodologías.
  • Avanzar hacia las formas de trabajo compartido entre los actores tradicionales de la educación para el desarrollo, fundamentalmente ONGD, y los nuevos actores sociales (agentes vinculados con la transformación global con la capacidad de sensibilización en el ámbito del feminismo, ecologismo, la defensa de los derechos humanos, el antirracismo, los movimientos vecinales, culturales o de carácter social, y agentes vinculados a los movimientos migratorios y a la defensa del colectivo LGTBI, entre otros), conformando alianzas y objetivos comunes de los cuales se orientan hacia una ciudadanía global, sostenible y equitativa. Este trabajo conjunto permitirá profundizar en la integridad de los procesos socioeducativos y en la mirada interdependiente y eco-dependiente entre la realidad local y global.
  • Apostar por la eliminación de las desigualdades que existen en los distintos ámbitos y niveles, por la solidaridad, la identificación y el reconocimiento de las diversidades, y para el fomento de la participación activa y democrática de personas y colectivos.
  • Fortalecer el tejido asociativo y la conexión entre las acciones de colectivos y organizaciones sociales locales con las agendas globales, para conseguir una más justa y equitativa distribución de la riqueza e incidir en la mejora de la gobernanza política de nuestro mundo y de su capacidad de diálogo y lucha contra las violencias.
  • Fortalecer el conocimiento, liderazgo e incidencia de los grupos en situación de mayor vulnerabilidad -niños, mujeres, jóvenes y personas migrantes-, para que sean protagonistas en los procesos de sensibilización e información, generen propuestas y se constituyan como agentes políticos y ciudadanos/as para la transformación social.
  • Tener un papel importante en la educación trasformadora, basada en las potencialidades de la movilización social, así como la capacidad para articularnos con otros colectivos.

3. Construcción de agendas locales y globales

Vía Oberta busca fomentar la participación de la población, en especial de mujeres, jóvenes y personas migrantes en mecanismos democráticos orientados a lograr incidencia en las políticas públicas.
Para la consecución de este objetivo trabajaremos “Metodologías participativas” basadas en la Educación Popular, que sitúan a la ciudadanía como agente trasformador capaz de aportar, a través de acciones individuales y colectivas, al logro de la justicia social, la equidad de género y la justicia ambiental.
Con ello debemos conseguir que la ciudadanía luche por las causas que le motivan, y pueda vincularse con otros colectivos sociales, a nivel local y global, para intercambiar experiencias y unir esfuerzos para hacer efectivo el pleno disfrute de los derechos.
Uno de los objetivos fundamentales de Vía Oberta, es el trabajo con jóvenes para promover el voluntariado como una fuerza de transformación social.
La participación de personal contratado, voluntariado, organizaciones locales, medios de comunicación aliados, medios sociales (Facebook, Instagram, etc.…)., página web entre otros, nutren las estrategias y permiten su articulación como ejes fundamentales para generar las transformaciones que buscamos.